3.1. Accesibilidad exterior
Al igual que sucede en otras infraestructuras aeroportuarias, su ubicación alejada de la capital obliga al empleo de medios motorizados para acceder a la misma.
En la actualidad, directamente a la terminal se puede acceder mediante vehículo particular y a través del servicio de taxi. La línea regular de autobús, que contaba con una parada contigua al edificio de la terminal, ya no penetra en la infraestructura.
La parada ha sido trasladada al exterior, en un entorno sin acera, junto a una calzada con intenso tráfico de vehículos, y sin paso de peatones regulado por semáforos en las inmediaciones. Esta circunstancia representa un grave peligro para todo el personal usuario del aeropuerto que acceda/salga de las instalaciones en autobús; muy en particular, si éstos cuentan con alguna discapacidad o tienen mermada su movilidad.
El itinerario peatonal desde la parada de autobús hasta el parking de vehículos resulta practicable, pero no cuenta con elementos guía –franjas de encaminamiento– para las personas con discapacidad visual.
Desde el aparcamiento hasta el punto de encuentro para personas con movilidad reducida, ubicado en la entrada de la terminal, el recorrido presenta complicaciones por la presencia de bolardos en los vados y un pavimento con irregularidades. Al igual que en el tramo previo, no hay franjas táctiles que encaminen adecuadamente a la persona con discapacidad visual.
Recientemente se han acometido las obras de ampliación del aparcamiento de la terminal. Actualmente, son seis las plazas reservadas para personas con movilidad reducida de las 233 existentes, de conformidad con los criterios establecidos por la normativa de accesibilidad vigente (una plaza por cada 40 de las existentes o fracción equivalente).